Desde que miré el mensaje donde se me comunicaba la noticia, no dejé de pensar en la letra de la canción que interpreta magistralmente Alberto Cortez.
Siempre he tenido la inquietante pregunta (que he formulado en numerosas ocasiones a multitud de amigos) acerca de la existencia o no de un cielo para nuestras mascotas. Pienso que si una mascota es como un mejor amigo (a veces hasta más pacientes que nuestros colegas bípedos implumes) y si existe un paraíso, uno debería de pasar en ese paraíso con sus amigos, digamos que nuestros amigos de la infancia, nuestro abuelito y si tuvimos alguna mascota o más de una, seguramente nos haría compañía en esa eternidad de felicidad, justicia y utopía. Así que yo pienso que sí. Si existe un cielo, en ese cielo deberíamos encontrarnos con nuestros amigos del reino animal. En mi caso con mi mascota de más de 12 años, mi perrito Lucking.
Aunque a veces, y más recientemente tenías mal humor (por los dolores artríticos de la edad, imagino yo) siempre mostraste mucho cariño con mi persona la mayor parte del tiempo. Extrañaré tus ladridos y tus juegos. Nada volverá a ser lo mismo en mi casa de Managua. Aunque los vecinos no extrañarán el miedo que les infundías, mi corazón sabe que te extrañará.