viernes, 10 de septiembre de 2010

Las felicidades del mundo

Creo que en la lista de las grandes preguntas de la vida inevitablemente se debe incluir junto con el ¿para qué estoy en el mundo? esta otra de ineludible resonancia ¿soy feliz?
Pero al fin y al cabo ¿qué es la felicidad?

Cuando leí en CS  que andaba por estos lados del mundo una documentalista investigando sobre la felicidad en América Latina ciertamente llamó mi atención.
Lo relacioné con aquella hermosa película en la que Will Smith cuida de su pequeño hijo pasando penurias en busca de un futuro mejor y también con aquellas escenas de La Vida es Bella, en las que el personaje de Roberto Beningni camina como soldadito de plomo mientras un guardia de la SS lo apunta por la espalda con un rifle y el hijo mira la escena a través de la hendija de un basurero.No sé por qué a veces soy tan dramático pero me gusta pensar a veces que cada una de nuestras vidas es como una película cuyo desarrollo se nos muestra día a día como una aventura de magnífica magnitud.
Y nuestra búsqueda por eso que llamamos felicidad es continua y se lleva a cabo de las más diversas formas. Además me parece que si esa teoría de los universos paralelos es cierta, también podría ser aplicable a nuestros conceptos e ideas sobre la felicidad, por que resulta ser una quimera de muy distinta naturaleza para cada uno de nosotros. Lo que para mí podría significar obtener una total y completa experiencia con la felicidad para otra persona no pasaría de un evento insignificante o cuando mucho apenas mencionable. Así de diferentes somos los seres humanos.
Pero sin duda alguna, el hecho de ser conscientes de que llevamos en nuestros genes grabados los instintos de la búsqueda y que de hecho emprendemos esta empresa a través de nuestros actos cotidianos es una cosa digna de celebrar. Es decir, soy feliz sabiendo que estoy experimentando esta experiencia buscando la felicidad. Y como soy feliz, a la vez hago felices a las demás personas. Colaboro de alguna manera en su felicidad.
Ainara tiene que ser una persona llena de esa curiosidad propia de los niños, curiosidad sana y sin prejuicios ni miedos porque la curiosidad implica despojarse de los conocimientos previos para averiguar por cuenta propia, de primera mano, qué es lo que acontece en el mundo.
Ya Facundo Cabral había dicho que las noticias buenas son mayoría en este mundo pero los medios nos siguen repitiendo aquellas noticias que son más ruidosas. Una bomba es más noticia que un abrazo, una caricia, un beso, la solidaridad, la amistad, el amor. Todas estas últimas son noticias buenas pero son silenciosas, por lo tanto no debemos engañarnos. Debemos abrir los ojos a esta realidad de la Vida y abrir nuestros corazones y nuestras mentes también a esta experiencia nueva que significa dejar atrás ese paradigma dominante del miedo y la violencia.
Y por qué no, ayudar en lo posible a que se difundan las historias positivas como la que promueve con este su proyecto Ainara, los invito a leer sus vivencias en este sitio:
http://www.lasfelicidadesdelmundo.blogspot.com/

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