viernes, 11 de septiembre de 2009

Los humeantes hornos de Hitler y las Torres Gemelas

Luego de leer el informe de la FEMA sobre la caída de las torres gemelas y el efecto fehaciente que el fuego y el calor abrasador tuvieron en el debilitamiento de la superestructura, no dejé de asociarlo, casi automáticamente con la imagen que me quedó grabada luego de leer el libro de los Hornos de Hitler. La imagen que tenía era parecida a un recuerdo minúsculo, apenas perceptible, como un viejo daguerrotipo de Nena Daconte, el personaje que más recuerdo de mis lecturas de García Márquez. Era increíble ver, a lo lejos, la imagen humeante, con el olor imaginado en mis neuronas, a la carne humana chamuscada de los cientos de muertos conviertiéndose en polvo y cenizas. Así mismo pero con el sentimiento de ser testigo de una película y no de los hechos reales de la historia, me sentí aquél 11 de septiembre, fecha en que, junto a muchos desempleados más, observé, impávido, a través de la pequeña pantalla de mi televisor, las imágenes de CNN a través del canal dos de la televisión nacional. No sé por qué hoy cuando veo las fumarolas de las torres gemelas humeando en el cielo triste de esa mañana en Nueva York en las fotos o la televisión, lo único que me viene a la mente es el recuerdo de los hornos "panaderos" de esa otra triste época de la historia en los campos de concentración.