lunes, 24 de mayo de 2010

Mi cura para el cáncer por el niño genio

El “Mozart de la Medicina” está confiado en su descubrimiento, lo dice Cosmo Landesman
Akrit Jaswal es un jovencito de la india que ha sido llamado por algunos como el “niño más inteligente del mundo” y es fácil enterarse por qué. Su Coeficiente Intelectual (IQ por sus siglas en inglés) es de 146. sigue leyendo...

Comenzó a leer a Shakespeare a los cuatro años. Tenía siete años cuando llevó a cabo su primer procedimiento quirúrgico y hoy a la edad de doce me dice: “He descubierto la cura del cáncer”. En su casa natal en un pueblecito en Himachal Pradesh, en el norte de la India, Akrit es tratado como un dios. Los niños locales lo conocen como “el genio”. Los adultos llegan a visitarlo y pedirle sus curas y sus prescripciones. Ha sido un prodigio que ha sido promovido en Estados Unidos y vendido a los medios como el Mozart de la medicina moderna. Pero Akrit tiene sus críticos y hay una buena cantidad de gente escéptica acerca de sus atribuidos descubrimientos. Algunos dicen que solo es un chico muy brillante con una memoria excepcional pero sin talento real para la ciencia. Otros dicen que es solo una víctima de unos padres que lo presionan y que le han robado su niñez.
En persona Akrit no luce como un típico niño genio. No tiene unos grandes anteojos, tiene el aspecto típico de un jovencito de doce años: blue jeans y zapatos deportivos. Está ansioso de presentarse a sí mismo como un chico ordinario que tiene un cerebro extraordinario. “Soy como cualquier  otro chico, excepto cuando me toca hablar sobre asuntos científicos”.  También dice que no es un “come-libros”… “Yo no paso todo mi tiempo leyendo y estudiando”, me dice. “Me dieron una copia del libro de Stephen Hawking, pero nunca lo leí”.
Akrit llamó la atención del público cuando en el año 2000 realizó su primer procedimiento quirúrgico en la casa de su familia. Tenía siete años. Su paciente – una niña local que no podía pagarse un médico- tenía ocho años. Su mano se había quemado, causándole que sus dedos se habían cerrado en un puño que no era capaz de abrir. Akrit no tenía entrenamiento médico formal y ninguna experiencia en cirugía y aún así logró liberar los dedos de la niña, que fue capaz de emplear su mano por primera vez en cinco años.
Le pregunté cómo había manejado el procedimiento; no estabas nervioso? “No, no lo estaba. Había leído muchos libros de medicina y había observado muchas operaciones. Creo que hice mejor trabajo que muchos cirujanos. Ellos hubieran optado por una cirugía plástica pero yo no lo necesité”.
El hecho que haber efectuado tal procedimiento es ilegal no le quita el sueño. “Sí, fue ilegal. Pero no hice daño. Era para hacer un bien, así que, qué importa si iba en contra de la vieja ética médica? . el interés de Akrit en la ciencia empezó cuando tenía cuatro años. “En ese entonces leí la Anatomía de Gray y libros de química. Estudié física hasta un nivel de estándar A. estaba fascinado por la ciencia porque podía responder todas las preguntas que tenía sobre la vida – cómo fue  que llegamos aquí y por qué estamos aquí. Pero ahora que soy mayor tengo que encontrar nuevas respuestas”
Una respuesta en la que está seguro es en encontrar la cura del cáncer. El haber dicho que la había encontrado es lo que llamó la atención de los medios del mundo y le causó admiración y también… burla.
Así que… cómo un chico de doce años sin entrenamiento médico ni experiencia en laboratorio puede descubrir la cura del cáncer? “Yo hice en realidad el descubrimiento cuando tenia ocho años. Lo hice leyendo libros sobre el cáncer y obteniendo información de internet. Mi método de curación se basa en la modificación de los genes defectuosos que causan el cáncer y su exitosa reparación por medio de la activación de enzimas o por modificación directa de drogas genotóxicas”
¿Está este chico decepcionado? ¿ es una víctima de la altas expectativas de sus padres? El sentido común nos dice que un chico de doce años no puede curar el cáncer, pero nuestra creencia en el poder de un niño prodigio hace maravillas : después de todo quizás sea posible.
Akrit recientemente visitó Londres para participar en un documental de television pronto a salir sobre su vida (será mostrado el cinco de enero) mientras él logra su sueño de llevar sus ideas de la cura del cáncer a los investigadores del Colegio Imperial de Londres.

El professor Mustafa Djamgoz, quien pasó algunas semanas con el chico que dijo que “No hay duda que es un chico brillante. Realmente sabe sus cosas y pone todo su empeño, corazón, mente y alma para encontrar la cura del cáncer. Pero su solución no es nueva. En teoría podría funcionar, pero es algo prematuro decir que ha encontrado la cura”.
La sociedad es ambigua en su actitud hacia niños prodigio como Akrit. Los admiramos, los envidiamos, quisiéramos que nuestros niños tuvieran sus talentos –aunque también nos gusta creer que aquellos que son bendecidos con talentos también sufren todo tipo de problemas emocionales y psicológicos. Pero Akrit se niega a jugar a la víctima y se asombra de leer reportajes que dicen que nunca se le permitió tener una infancia normal. “Oh vamos!” dice con cierta resignación. “Tenía muchísimos amigos para jugar cuando era chico y también me consentían las enfermeras!”
“No sientes mucha presión de tus padres en ti para que seas exitoso?” pregunto. “No, nunca sentí eso. Mis padres nunca me presionaron. De hecho ellos son los que siempre están diciéndome que debería descansar y relajarme. Sospecho que no es así. Akrit ha estado mucho tiempo con la presión de ser exitoso, especialmente por su padre. Cuando Akrit tenía ocho años, su padre renunció de su trabajo como consejero en economía en Delhi para dedicarse completamente a los talentos de su hijo. Movió su familia de vuelta a su pueblo y preparó una escuela para su hijo de tal forma que sus talentos pudieran cultivarse. Comenzó una cruzada para lograr que el niño fuera admitido en la escuela de medicina cuando éste tenía ocho años, pero ninguna escuela en la india podía aceptar a alguien de menos de diecisiete.
Desde entonces su padre y madre se separaron. Ella dice que fue la frustración de no haber logrado que el chico fuese admitido en la escuela de medicina lo que destruyó el matrimonio. Antes de irse, su padre le dijo:”llámame cuando encuentres la cura del cáncer”. El chico no lo ha visto desde hace más de un año.
En el presente, Akrit está asistiendo a la Universidad en donde está obteniendo su licenciatura en medicina. No debe ser fácil ser el único de doce años ahí. La pregunta que cuelga en la mente del chico es – será siempre ser capaz de sobrellevar las expectativas de otros? Qué pasará si sus ideas aplicadas en la realidad no curan el cáncer? “Me sentiré apenado, pero nunca dejaré de seguir intentándolo”, dice.
Hablando con él, uno se lleva la impresión que la mayor presión para ser exitoso viene de adentro. Aunque no hay duda que es un chico muy talentoso, estos chicos usualmente no logran hacer grandes cosas cuando crecen. Linda Silverman, del Centro de Desarrollo de Niños Talentosos de Estados Unidos, quien examinó a Akrit cuando tenia ocho años, dice que la mayoría de gente talentosa “No buscan o logran la fama”.
Esto es particularmente cierto para los niños talentosos del reino Unido. Recuerdan a Ruth Lawrence quien a la edad de doce años logró ingresar en Oxford para estudiar matemáticas? Hoy en día vive en Israel como Judía Ortodoxa. Y otros que lograr ser exitosos a menudo se transforman en cosas raras (Bobby Fischer) o mueren prematuramente (Mozart). Solo el tiempo nos dirá si Akrit ha sido bendecido o no por sus talentos.

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