Por Stephen Covey
Sanguijuelas modernas
El problema con la administración es que todavía sigue trabajando bajo el paradigma ya débil de la era industrial.
Tome en consideración que los médicos de la edad media usaban sanguijuelas para desangrar. Esa práctica que se ve tan barbárica hoy en día, se empleaban sanguijuelas para succionar la sangre de una persona enferma, hacía uso del paradigma de que si usted estaba enfermo, era por que había sangre mala, así que la sangre debía sacarse. Luego del advenimiento de la teoría de los gérmenes el paradigma cambió, salvando millones de vidas.
Un paradigma es poderoso. El viejo paradigma de la era industrial manifestaba que la gente eran las entradas, de forma similar a las materias primas como el acero y la energía. La gente, entonces, era tratada como una “cosa”, no como individuos completos con corazón, mente, cuerpo y espíritu, sino como objetos a ser controlados y apenas confiables. A pesar de que las circunstancias ciertamente han cambiado desde el advenimiento de la era industrial, el paradigma básico se mantiene. Los empleados son objetos, que deben ser cuidadosamente escrutados y manejados para obtener de ellos una actuación efectiva.
Este enfoque es cada vez más disfuncional en la era del trabajador del conocimiento. Bajo le enfoque anterior, los empleados experimentaban una gran cantidad de dolor y frustración en cada compañía, sin importar lo exitosos que fueran. Afortunadamente, hoy el paradigma del sitio de trabajo está cambiando, como se expresa en El Octavo Hábito.
El Octavo Hábito, no es solamente los Siete Hábitos con uno adicional que habíamos olvidado. En vez de eso, llama al uso de una “tercera dimensión” de los Siete Hábitos de la Gente Altamente Efectiva. El Octavo Hábito significa “encontrar su propia voz y ayudar a otros a encontrar la suya”. Y en este contexto, “voz”, es el significado único de cada ser humano, y lo que puede brindar en su trabajo diario.
Haciendo la diferencia
Un coronel completo con más de 30 años de servicio regentaba una base militar. En vez de retirarse, decidió quedarse y pujar por un cambio en la cultura interna de su organización. Sabía que podía ser una gran batalla. Cuando le preguntaron porqué simplemente no se decidió retirar y evitar el desorden que le esperaba, el coronel explicó que las últimas palabras en el lecho de muerte de su papá fueron “Hijo, no hagas en tu vida lo que hice yo. Nunca hice lo correcto por ti o por tu madre y nunca en realidad hice la diferencia”.
El coronel explicó que tenía la determinación para implementar cambios culturales que tuvieran un efecto positivo en su comando aun después de que ya no estuviera ahí. Cada quien puede tomar la decisión que tomó el coronel: vivir con mediocridad o luchar por la grandeza. Las buenas nuevas es que si usted ha elegido la mediocridad; nunca es tarde para cambiar y elegir la grandeza.
Descubriendo su voz
Encontrar su propia voz significa llenar su potencial innato. El más grande don que usted recibió en su nacimiento fue la habilidad para decidir cuando desarrollar sus más grandes capacidades. Usted tiene la elección en el tiempo o el espacio o el tiempo entre cada acción y cada reacción. Durante ese momento, reflejar lo que ha pasado y determinar su respuesta. La habilidad para entender su libre poder de elección abre la puerta a cuatro inteligencias o capacidades:
1. Mente. IQ, significa Inteligencia Mental. Mucha gente se detiene aquí cuando evalúa la inteligencia, sin embargo, esto es muy restrictivo.
2. Cuerpo. PQ, significa Inteligencia Física. Esta forma de inteligencia es a menudo desechada, porque toma lugar sin usted darse cuenta. Usted no tiene que pensar cómo respirar o cómo hacer que su corazón palpite. Aunque esta inteligencia responde continuamente al ambiente para mantener la salud, protegernos de infecciones y así por el estilo.
3. Corazón. EQ, significa Inteligencia Emocional. Usted debe ser una persona cuidadosa, sensible y empática para comunicarse con otras personas en un nivel genuino. Una persona con Inteligencia Emocional fuerte sabe qué decir y cuándo decirlo, cómo sentir y cómo expresar esos sentimientos. Evidencia sustancial indica que a largo plazo la inteligencia emocional es más fuerte para determinar el éxito que la inteligencia mental.
4. Espíritu o alma. SQ, significa Inteligencia Espiritual. Este es el tipo de inteligencia central, porque dirige las actividades de las otras tres. Nuestra dirección para el significado y el propósito nos lleva a desarrollar nuestra inteligencia espiritual.
Expresiones al más alto nivel
Para encontrar su voz, usted debe estar en contacto con los cuatro elementos de la persona completa: mente, cuerpo, corazón y espíritu. El patrón consistente en la vida de las personas que han conseguido grandes logros es que, a través del esfuerzo y la lucha, ellos elevaron las cuatro inteligencias hasta sus más grandes manifestaciones: “visión, disciplina, pasión y conciencia”. Ellos usaron 4 poderosas combinaciones:
1. Mente = Visión. Cuando la mente está totalmente desarrollada usted gana visión, la habilidad para discernir el más alto potencial de la gente, instituciones, causas y organizaciones. La gente que no ejercita su habilidad mental para crear o aquellos que no lo impulsan en otras personas, sufren de una falla de visión. Son incapaces de ver las maravillosas posibilidades que existen en las circunstancias de gran necesidad. Sin visión, pueden caer en la victimización.
2. Cuerpo = Disciplina. Usted necesita disciplina para transformar visión en realidad. La disciplina es el hijo del matrimonio entre la visión y el compromiso. Usted debe tener ambas.
3. Corazón = Pasión. Aquellos que desarrollan un corazón sabio sentirán el fuego de la pasión de la convicción, la llama que mantiene la disciplina necesaria para alcanzar la visión. La pasión fluye del haber encontrado y usado su voz única para lograr grandes cosas.
4. Espíritu = Conciencia. Desarrollando su identidad mental lo llevará hacia el conocimiento del camino correcto, le dará una brújula interna que lo guiará.
Liderazgo Definido
Últimamente, liderazgo es la habilidad para ayudar a la gente a conocer su propia valía y potencial de tal forma que ellos mismos sean capaces de verlo y vivir en armonía con ese conocimiento. La manera de ver las cosas en la Era Industrial desacreditó la confianza, colocó al jefe en el centro de toda actividad, le quitó el poder a la gente y desalineó los intereses de las personas de los intereses de la organización. El camino alterno es poner en práctica el Octavo hábito, y los Siete Hábitos que lo precedieron. Comienza con el desarrollo de las cuatro inteligencias, encontrando su propia voz y expresándola.
Para manejar este camino, implemente el Octavo Hábito en sus interacciones. Buckminster Fuller hizo que escribieran en su epitafio “Solamente un timón (Trim – Tab)”. Un Trim – Tab, en un bote o en un avión, es una pequeña pieza que realmente maneja toda la máquina entera. Las organizaciones exitosas disponen de muchos timones que impulsan todo dando buenos ejemplos. Estos individuos creen que realmente pueden hacer la diferencia.
Para ser un líder, pruébese usted mismo que es digno de confianza. Muchos de los liderazgos que fracasan pueden ser rastreados hasta llegar a una falla de carácter. Cada líder debe ejemplificar valores en su interior como mantener las promesas (cumplir con ellas) y demostrar honestidad e integridad.
Enseñando a empoderar
¿Por qué debería usted empoderar a otros a encontrar sus voces? Bueno, tome en consideración las alternativas. Usted podría tratar de liderarlas simplemente controlándolas. Eso raramente ha probado tener los efectos deseados. O usted podría dejar un poco su responsabilidad, y dejarlos a ellos hacer lo que quieran. Eso tampoco luce sabio, sin embargo.
La solución es dar a los otros “autonomía dirigida”. Trabaje con ellos para establecer sus objetivos y luego deles la autonomía para lograr esas metas. Un acuerdo ganar-ganar no es un contrato legal ni tampoco una descripción de su trabajo. Es un contrato sicológico y social escrito en los corazones y las mentes de las personas. Este tipo de acuerdo acompaña a sus colegas con un compromiso compartido que dirige a la organización a alcanzar sus más altas prioridades. El empoderamiento ganar-ganar es especialmente válido durante evaluaciones. En una cultura de alta confianza, las personas están más orientadas a desempeñarse efectivamente, en particular, si usted les provee de retroalimentación de 360 grados. La autoevaluación es a menudo, la más dura.
El punto dulce
Ahora que usted conoce el Octavo Hábito, ¿cómo lo puede practicar? Aquí algunas ideas:
· Modelando. Pruébese usted mismo como digno de confianza a través de sus acciones, en vez de imponer expectativas en los otros. Escuche a otros y ponga en práctica comportamientos que al final le darán autoridad moral.
· Encontrando caminos. Cree un sentido de dirección y orden para su organización.
· Alineando. Ayude a su organización a ser congruente con el espíritu y la confianza del empoderamiento. Un alineamiento adecuado da como resultado una autoridad moral institucional.
· Empoderando. Acepte los cuatro elementos que acompañan la naturaleza humana –corazón, mente, cuerpo y espíritu – y abrácelos. Tenga fe en la habilidad de las personas de elegir sabiamente por ellos mismos. El empoderamiento produce una cultura de autoridad moral.
Cuando usted alcanza las etapas de alineamiento y empoderamiento, usted está hablando de ejecución. En la mayoría de las compañías, existe una gran brecha entre los objetivos y la manera de proceder, como dijo Peter Drucker “Mucho de lo que llamamos administración consiste en hacerle difícil a la gente trabajar”.
Haciendo puentes con empoderamiento
Para transformar empoderamiento de solamente una palabra vacía debe superar seis fiascos:
· La brecha de la “claridad”. El enfoque de la vieja era industrial era anunciar un programa para fuerza de trabajo y esperar que ellos lo entendieran. Los enunciados de misión eran simples iniciativas PR; los trabajadores debían esperar para ver lo que realmente ocurría. En la era del trabajador del Conocimiento, las nuevas iniciativas necesitan identificación, envolvimiento y auto adquisición por parte de los trabajadores.
· La brecha del “compromiso”. En vez de “vender” nuevas ideas a la fuerza de trabajo, el octavo hábito respeta a la persona entera. La organización basada en el trabajador de la era del conocimiento, toma en cuenta el bienestar del corazón, mente, cuerpo y espíritu de los trabajadores.
· La brecha de la “traducción”. Los objetivos elevados deben ser traducidos en actividades del mundo real. Para el trabajador de la era del conocimiento, esto se hace, no haciendo descripciones de trabajos o manuales de procedimientos, sino alineando objetivos e incentivos para obtener los resultados deseados.
· La brecha de la “activación”. En la era industrial, las máquinas eran una inversión y las personas un gasto. La mejor idea de hoy, es establecer un tablero que junte los resultados deseados con las capacidades. Esto asegura que los trabajadores vean como las estructuras de la organización están alineados para activar en ellas el logro de los objetivos esenciales.
· La brecha de la “sinergia”. Para tener sinergia, los directivos deben entender la Tercera Alternativa. Cuando dos ideas se encuentran en una posición de conflicto, los directivos pueden, a través de la escucha empática y el pensamiento creativo, llegar a una tercera posición, que sea óptima para las dos partes. Esta es la Tercera Alternativa, una forma del Octavo Hábito de comunicación que armoniza varios intereses.
· La brecha de la “contabilidad”. El proceso de la era industrial era sencillo. Zanahorias y garrote. La nueva manera incluye contabilidad mutua y una comparación abierta de progreso dirigida hacia el logro de una meta. El tablero continuamente muestra el puntaje.
Sirviendo a otros
El camino final del Octavo Hábito es el servicio a otros. La verdadera razón por la que existen las organizaciones es porque sirven a otros a resolver necesidades humanas. La noción de servicio a otros significa que usted es un gran líder. La pregunta no debe ser ¿qué voy a ganar yo?, sino, ¿qué hay en mí que puedo darle a otros? A medida que usted empiece el proceso de encontrar su propia voz, sabiendo que terminará ayudando a otros a encontrar la suya propia. Cada persona es preciosa, y no hay un límite verdadero en lo que una organización puede lograr cuando el liderazgo se convierte en una elección en vez de una posición. Eligiendo servir se convierte en el hábito más elevado de todos.
Acerca del autor
Stephen R. Covey, es co-fundador y vicepresidente de Franklin Covey Co. Y fundador y antiguo director ejecutivo del Centro Covey para el Liderazgo. Su libro Los Siete hábitos de la gente altamente efectiva, vendió más de 15 millones de ejemplares en todo el mundo. Autor de muchos otros libros y enseñante del vivir centrado en principios y del liderazgo centrado en principios.
Traducción libre de Pablo Cruz Uriarte - Octubre 2007.