Mientras vivía una especie de "experiencia religiosa" en ese llamado "primer mundo" traté de no manifestar muchas de mis acciones o reacciones por considerarlas "fuera de lugar" o "políticamente incorrectas", sin embargo comenzaré a mencionar algunos detallitos que llamaron mi atención ya sea debido a mi ignorancia o al choque cultural que significaron para mí en el momento en que las viví. Espero con esto ayudar a posibles lectores que también se hayan topado con una experiencia similar, sino al menos lograré sacarlo de mi mente.
Una de las primeras cosas que me llamó la atención fue ver cómo los huesitos y la piel del pollo que comíamos era tirado directamente a la basura. Mi perro "come cuando hay" de Masatepe se muere por los huesesillos y siempre que tiraba a la basura estos desperdicios me acordaba de mi pobre Tonky. ¡Cómo no hubiera querido haberte llevado al primer mundo en donde sin duda alguna hubieras sido mimado hasta el cansancio!
Por aquí les voy a poner una foto de la suso dicha mascota para que lo conozcan, es muy gracioso el "negro" sobre nombre con el que también lo bautizamos por estos lados. Tiene patas amarillas y unas uñas ruidosas que resuenan a veces en el silencio de la noche cuando rasca el piso de cemento de la casa. (de repente me pareció estar leyendo a Juan Ramón Jiménez.... ohhh! mi Platero y yo suave como el algodón).
Supuestamente los perros del primer mundo no pueden comer la grasa de la piel del pollo pero yo me preguntaba si sus ancestros colmilludos de los bosques no comían cualquier cosa que se les atravesara en el camino sin importar las calorías o el colesterol bueno o malo. Mi propio Tonky se ha convertido en un cazador nocturno (ya que de día le tengo prohibido cazar algo diferente de las mariposas azules que visitan el jardín de mi madre).
El Tonky caza ardillas, zompopos, garrobos y don Chalío me cuenta que hasta un zorro se llevó en el saco un día de estos. Cuenta don Chalío y entre las brasas del fogón coció los restos del peludo animal desgraciado para no acostumbrar al de patas amarillas a comer carne cruda que según cuentan algunos es la fuente generadora del instinto asesino y los malos pensamientos de la gente. Don Chalío, temeroso de Dios como es, supuso que los mismos efectos podrían afectar al "negro" y por eso le asó el banquete al asesino que esperaba ansiosamente a que le devolvieran el producto de su cacería.
En estós días el Tonky anda cazando aguacates que caen medio maduros de los árboles del patio y que él captura con la habilidad propia de Omar Vizquel (lo digo por los más de 1600 doble plays del famoso short stop venezolano).
A veces sueño que vuelvo a buscar en las bolsa de basura los huesesitos y a hurtadillas los guardo en mi maleta prestada para traérselos escondidos, a mi guardián canino.
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