Me desperté
en la madrugada, interrumpiendo un sueño con el Indio. Fue una sorpresa
que se nos haya adelantado tan repentinamente y sin previo aviso. Parte del
sueño era que estábamos con otras personas y yo lo presentaba como mi hermano.
Como al hermano que nunca tuve. Curioso hecho, porque en la “realidad” nunca
fuimos tan unidos. Excepto quizás durante ese viaje a Cuba. Fue hace casi 20
años.