martes, 27 de mayo de 2014

El Adiós de Gabo

Gabriel José de la Concordia García Márquez tenía unos nombres dignos de un escritor de su naturaleza. Admirado por su virtuosa capacidad de narrador y despreciado por algunos por sus tendencias izquierdosas y su apoyo a gobiernos como el de Fidel Castro en Cuba, nadie puede dejar de emitir alguna opinión sobre sus obras.
Con Cien Años de Soledad se consagró como un maestro en su oficio. Con su virtuoso cuento "El Rastro de tu Sangre en la Nieve" se convirtió en uno de mis escritores favoritos. ¿Cómo olvidar a ese hermoso personaje que era Nena Daconte muriendo lentamente con el goteo continuo de su sangre roja, bullendo con parsimonia desconcertante de su herida, producida por la afilada espina de una de sus rosas? Simplemente imposible.


Encontré en la red, este interesante artículo atribuído a él (nada que ver con el famoso poema que circuló tanto tiempo en internet y que se le atribuía incorrectamente). Interesante escritor e interesantes escritos, aunque debo admitir que 100 años marcó mi memoria irremediablemente, éste... éste también vale la pena. Lo dejo como humilde tributo a este que fue, uno de los más grandes escritores latinoamericanos que recordarán las páginas de la historia. Disfrútenlo.


“CARTA DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ A GEORGE W. BUSH”

 “¿Cómo se siente? ¿Cómo se siente ver que el horror estalla en tu patio y no en el living del vecino? ¿Cómo se siente el miedo apretando tu pecho, el pánico que provocan el ruido ensordecedor, las llamas sin control, los edificios que se derrumban, ese terrible olor que se mete hasta el fondo en los pulmones, los ojos de los inocentes que caminan cubiertos de sangre y polvo? ¿Cómo se vive por un día en tu propia casa la incertidumbre de lo que va a pasar? ¿Cómo se sale del estado de shock? En estado de shock caminaban el 6 de agosto de 1945 los sobrevivientes de Hiroshima. Nada quedaba en pie en la ciudad luego que el artillero norteamericano del Enola Gay dejara caer la bomba. En pocos segundos habían muerto 80. 000 hombres mujeres y niños. Otros 250. 000 morirían en los años siguientes a causa de las radiaciones. Pero ésa era una guerra lejana y ni siquiera existía la televisión. ¿Cómo se siente hoy el horror cuando las terribles imágenes de la televisión te dicen que lo ocurrido el fatídico 11 de septiembre no pasó en una tierra lejana sino en tu propia patria? Otro 11 de septiembre, pero de 28 años atrás, había muerto un presidente de nombre Salvador Allende resistiendo un golpe de Estado que tus gobernantes habían planeado. También fueron tiempos de horror, pero eso pasaba muy lejos de tu frontera, en una ignota republiqueta sudamericana. Las republiquetas estaban en tu patio trasero y nunca te preocupaste mucho cuando tus marines salían a sangre y fuego a imponer sus puntos de vista. ¿Sabías que entre 1824 y 1994 tu país llevó a cabo 73 invasiones a países de América Latina? Las víctimas fueron Puerto Rico, México, Nicaragua, Panamá, Haití, Colombia, Cuba, Honduras, República Dominicana, Islas Vírgenes, El Salvador, Guatemala y Granada. Hace casi un siglo que tus gobernantes están en guerra. Desde el comienzo del siglo XX, casi no hubo una guerra en el mundo en que la gente de tu Pentágono no hubiera participado. Claro, las bombas siempre explotaron fuera de tu territorio, con excepción de Pearl Harbor cuando la aviación japonesa bombardeó la Séptima Flota en 1941. Pero siempre el horror estuvo lejos. Cuando las Torres Gemelas se vinieron abajo en medio del polvo, cuando viste las imágenes por televisión o escuchaste los gritos porque estabas esa mañana en Manhattan, ¿pensaste por un segundo en lo que sintieron los campesinos de Vietnam durante muchos años? En Manhattan, la gente caía desde las alturas de los rascacielos como trágicas marionetas. En Vietnam, la gente daba alaridos porque el napalm seguía quemando la carne por mucho tiempo y la muerte era espantosa, tanto como las de quienes caían en un salto desesperado al vacío. Tu aviación no dejó una fábrica en pie ni un puente sin destruir en Yugoslavia. En Irak fueron 500. 000 los muertos. Medio millón de almas se llevó la Operación Tormenta del Desierto… ¿Cuánta gente desangrada en lugares tan exóticos y lejanos como Vietnam, Irak, Irán, Afganistán, Libia, Angola, Somalia, Congo, Nicaragua, Dominicana, Camboya, Yugoslavia, Sudán, y una lista interminable? En todos esos lugares los proyectiles habían sido fabricados en factorías de tu país, y eran apuntados por tus muchachos, por gente pagada por tu Departamento de Estado, y sólo para que tu pudieras seguir gozando de la forma de vida americana. Hace casi un siglo que tu país está en guerra con todo el mundo. Curiosamente, tus gobernantes lanzan los jinetes del Apocalipsis en nombre de la libertad y de la democracia. Pero debes saber que para muchos pueblos del mundo (en este planeta donde cada día mueren 24. 000 pobladores por hambre o enfermedades curables), Estados Unidos no representa la libertad, sino un enemigo lejano y terrible que sólo siembra guerra, hambre, miedo y destrucción. Siempre han sido conflictos bélicos lejanos para ti, pero para quienes viven allá es una dolorosa realidad cercana, una guerra donde los edificios se desploman bajo las bombas y donde esa gente encuentra una muerte horrible. Y las víctimas han sido, en el 90 por ciento, civiles, mujeres, ancianos, niños efectos colaterales. ¿Qué se siente cuando el horror golpea a tu puerta aunque sea por un sólo día? ¿Qué se piensa cuando las víctimas en Nueva York son secretarias, operadores de bolsa o empleados de limpieza que pagaban puntualmente sus impuestos y nunca mataron una mosca? ¿Cómo se siente el miedo? ¿Cómo se siente, yanqui, saber que la larga guerra finalmente el 11 de septiembre llegó a tu casa?



Fuente: http://regeneracion.mx/cultura/10-grandes-libros-de-gabriel-garcia-marquez-en-pdf-para-descargar/

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