Según el versículo bíblico "que uno coma beba y goce de felicidad, eso es un don de Dios" debo decir, sin temor a equivocarme que esta semana fui feliz. Fui portador de una felicidad sosegada, tranquila, amable. Que se regocija con las cosas sencillas de la vida: una buena compañía, una buena comida, una buena bebida, un buen libro, una buena película, en fin. Hasta el clima me gustó, no tan frío, ni tan caluroso, es decir, el justo ideal.
Claro, también un poco de torta de cumpleaños ayudó un poco.
Uno llega a un momento en el que espera ansiosamente los cumpleaños para esperar los regalos de los amigos pero en esta ocasión no fue así, sólo de recibir los buenos deseos por correo o en las páginas de las redes sociales me alegró. Me alegré porque me acordé de aquellas pláticas con Julio Monsalvo en donde hablábamos de la sensación de recibir una carta de algún amigo. "Se agradece que una persona pare el mundo para dedicarte unos minutos a vos", me decía Julio. Y es cierto. En medio de la moderna agitación en la vida de todos nosotros, de la queja constante de la "falta de tiempo", es bonito recibir unos cuantos mensajes de amigos y amigas deseándote siempre lo mejor de lo mejor. Y lo agradezco.
Siento que tengo muchas cosas por dar al mundo y por ver y por disfrutar también y espero hacer algunas de estas cosas con mis amigos actuales y mis amigos por conocer.
Gracias a la Vida.
----
1 comentario:
Hola, Tal vez le cueste identificarme...
Pero quiero decir que la nota, muy intensa; pero me gusta mucho, me identifico con su sentir.
Creo que a veces, aunque no te escriban una carta (que es un poco ortodoxo)pues ahora esta de moda un mensaje por celular o una llamada; Pero como usted comparte, que bello se siente recibir un correo electrónico o un mensaje al Facebook (es mi caso), saber que alguien esta pendiente de vos, que alguien se acuerda de vos...
Saludos!!!
Publicar un comentario